Artista Plástica Colombiana

Picnic – María Belén Saez de Ibarra – 2012

Picnic
María Belén Saez de Ibarra
Picnic es una serie de pinturas que trasvierten abiertamente la imagen del cuadro de Edouard Manet con el título de Le bain, más conocido entre nosotros como Desayuno sobre la hierba. Vicky Neumann se apropia de esta obra iconoclasta considerada en la historia del arte como un símbolo de la trasgresión del movimiento moderno que daría paso al impresionismo y a la redefinición de los valores mismos de la estética y del arte que se decidieron descaradamente a enfrentarse con los temas más vedados en la sociedad de su momento, y que por cierto causaron bastante estupor entre los críticos y audiencias de la época.

Este Desayuno sobre la hierba de Manet, es en sí mismo una reunión de apropiaciones/transgresiones de otras pinturas: se recrean en él El concierto campestre de Tiziano del renacimiento, así como la estructura compositiva del grabado El juicio de Paris de Rafael en el siglo XVI.

Así, Picnic entra a hacer parte del juego serio de transgresiones de la historia del arte que encarna Desayuno sobre la hierba. Esta serie Picnic se convierte en una especie de caja que contiene otras cajas; apropiaciones sobre apropiaciones, imágenes antiguas e imágenes contemporáneas, (en óleo grueso que contrasta con el uso de la reproducción digital), van apareciendo como capas móviles que muestran cómo desde el arte los artistas recuperan y tachan sus propias búsquedas y las de los otros artistas a través del tiempo -un amoroso acto de reconocimiento/desconocimiento del pasado y de sí mismos.

El talante de Vicky Neumann es también iconoclasta. En Picnic acentúa el carácter desparpajado de la pintura de Manet, el tema y el tratamiento de Desayuno en la hierba es “vulgar” para su tiempo: ese descaro de la mirada de la mujer desnuda que yace entre viandas para comer y disfrutar de una suerte de desenfreno carnal. La imagen que selecciona Neumman, para añadir un trozo jugoso en la intervención de la pintura, como es el gigante pollo entero –una preciosa referencia a lo mejor que puede lograr el POP art-, recuerda la redondez y sensualidad de las carnes expuestas de la mujer de Manet. Con un trazo enérgico y orgánico tacha lo que va construyendo una y otra vez sin poder parar casi, sin embargo en un equilibrio perfecto de color y composición que remite a su propia obra anterior en diferentes épocas, pero que a su vez condensa una buena parte del transcurrir de la estética contemporánea.

Picnic es una trasgresión y un homenaje al mismo tiempo a la tradición pictórica. Es también la propia negación de Vicky Neumann a la posibilidad de una obra de autor, que esquiva la trampa de la idea de un “yo” que firma la obra. Y es quizá entender que en la ironía y la fiesta de la destrucción del “arte” yacen los más hondos logros de una aspiración a la verdadera creación.

María Belén Sáez de Ibarra es curadora y crítica de arte.

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