(Ni pensión, ni herencia, ni tierra, ni cielo)

Adios Happy Hour. Una visión apocalíptica del siglo XXI, consecuencia del antropocentrismo, la  superpoblación, el estado de bienestar, la ignorancia y el despilfarro  que ha marcado nuestra era a un ritmo exponencial desde los años 50. El modo de vida americano, que nos deslumbró en la post-guerra nos pasa su altísima cuenta de cobro, que tapamos con más producción y más consumismo porque el mundo tiene que seguir andando y es poco lo que estamos dispuestos a sacrificar. Un panorama desolador para una generación que ya no tiene cielo prometido.

Mientras tanto, la violencia, tanto en Colombia como en el mundo no cede por ser muchos los factores que alimentan el conflicto. Los agentes armados, legales e ilegales tienen sus propios intereses, y las víctimas son las de siempre: su misma gente. 

Este es el comienzo de una ventana desde donde se asoma la pintura de Vicky Neumann. Su proceso creativo en fragmentos y su miedo auténtico por el futuro, con una riqueza visual increíble, no dejan que su pintura responda a ningún acto conforme. 

Al contrario, en su proceso de creación, ella reta al espectador desde la recuperación  del desecho de su pintura al crear sus enormes collages utilizando todas las técnicas a su alcance.

Abandona el cómodo formato comercial, así como las intenciones de lo limpio o lo despejado. Al ser irreverente con los modos convencionales, tanto para abstracción como para la figuración, termina construyendo un gigantesco escenario en donde los personajes forman parte del telón de fondo.

Buscar